La psicoterapia integrativa y las necesidades espirituales o trascendentes de la vida

La psicoterapia integrativa y las necesidades espirituales o trascendentes de la vida

Muchas personas todavía tienen preconceptos sobre la terapia. Algunos siguen pensando que es para quienes “están locos”. Otros ya han recorrido su propio camino de autoconocimiento y aprovechan toda oportunidad para seguir avanzando en su camino de crecimiento personal y espiritual. Estas son las personas que llegan a terapia o continúan en ella, no porque tengan algún problema que resolver sino simplemente porque quieren un espacio para seguir creciendo como personas, para seguir caminando hacia estados de plenitud o felicidad.

¿Y Cuáles son esas necesidades espirituales del ser humano en las que muchas personas queremos seguir avanzando?

Vivir una vida con sentido, con significado; buscar estar en armonía consigo mismo, reconciliado con la vida y con los demás, sentirme en unidad con el universo; la búsqueda de la verdad y de la libertad plena; la búsqueda de soledad y silencio ocasional; la búsqueda de un orden en la vida. El no hallar respuestas o no ver satisfechas estas necesidades podría conducir a lo que se conoce como crisis o vacío existencial.
Cuando nacemos, todos traemos una mente libre de los condicionamientos de las experiencias de vida. A medida que vamos creciendo y nos vamos relacionando con nuestros familiares y otras personas significativas, contextos y entornos, nuestra mente se va condicionando. Vamos adquiriendo creencias, una forma de pensar habitual, un rol que asumimos y desde ese rol nos vamos moviendo para ser aceptados y reconocidos. De acuerdo a las experiencias que vamos viviendo nos construímos una idea del mundo y de las personas. La mente constantemente va generando diálogos internos que en su mayoría son juicios, etiquetas mentales con las que miramos a las situaciones y las personas.

Toda esta información construye nuestro mapa mental acerca de la realidad que hoy podríamos llamarlo un GPS mental con el que nos orientamos para relacionamos con otras personas, con las situaciones y eventos de la vida. De acuerdo a ese GPS mental reaccionamos en piloto automático a las situaciones, dirigidos por ese GPS.
La mayor parte de nuestros problemas está causada por la forma de interpretar y percibir lo que nos pasa, más que por lo que nos pasa.

De ahí la importancia de actualizar nuestro GPS mental para que no nos lleve a lugares que no queremos. Ese GPS siempre nos condiciona, lo importante es que no limite nuestras posibilidades, sino que las amplíe.
Es importante darnos cuenta de que hay otras posibilidades, de que existe un espacio desde dónde podemos actualizar nuestra mente para elegir el destino a dónde queremos que nos lleve y que ella no termine tomando el control de nuestra vida. Ese espacio es lo que llamamos conciencia. Desde la conciencia podemos experimentar estados característicos de los niveles superiores de conciencia como son: flow, sincronicidad, serendipias, experiencias cumbres. conciencia de unidad, conciencia generativa, coherencia cardíaca, pero especialmente quiero hablar hoy de la inteligencia espiritual.

¿Qué es la Inteligencia Espiritual?

Es la capacidad de encontrar un sentido profundo de la existencia, situándose uno mismo con respecto al cosmos y así meditar sobre el significado de la vida, la muerte y el destino final del mundo físico y psicológico. Al estar por encima de los demás tipos de inteligencia, es una especie de dinamismo que mueve al ser humano a buscar la plenitud, al perfecto desarrollo de todo nuestro ser, a la profundidad y al sentido de lo que hacemos, padecemos y vivimos. Visto así, la inteligencia espiritual se convierte en el antídoto a todas las formas de fanatismo, sectarismo o dogmatismo.

Hay personas que desarrollan su vida espiritual en el marco de las tradiciones religiosas, pero hay otras que desarrollan su faceta espiritual en otros ámbitos, en contacto con la naturaleza, en la contemplación del arte, en el ejercicio físico, en la meditación.

Existen muchas definiciones de espiritualidad – Les comparto algunas de ellas.

• “La búsqueda personal de significado, trascendencia, integridad, propósito y la realización del espíritu como esencia animadora en el centro de la vida” (Parks, 2000).

• “Es el sentido de conexión a un todo mucho más grande que nosotros mismos, que incluye una experiencia emocional de inspiración y reverencia (un sentimiento abrumador de reverencia, admiración, miedo, etc.), producido por aquello que es grande, sublime, extremadamente poderoso o similar; por ejemplo Dios…” (Pargament, 2007).

Desde la perspectiva cristiana, espiritualidad es la relación estrecha, la conexión fuerte, dependiente e interdependiente con Dios, llena de total convicción del significado de Cristo en nosotros y nuestra completa responsabilidad con seguir sus principios y reflejar en nuestro ser los frutos de esa unión.

Religión se define como el patrón institucionalizado (sistemático y organizado) de valores, creencias, símbolos, conductas y experiencias que involucra espiritualidad, una comunidad de adherentes o feligreses, transmisión de tradiciones a través del tiempo y funciones de apoyo a la comunidad (por ejemplo, estructura organizacional, asistencia material, apoyo emocional o defensa política) que están directa o indirectamente relacionadas con la espiritualidad (Canda & Furman, 2010).

La inteligencia espiritual está conectada con la sabiduría más allá del ego o de la mente consciente. Es la inteligencia con la que no sólo reconocemos los valores existentes, sino que creativamente descubrimos nuevos valores. Esta tiene que ver con la rectitud, la conciencia, el discernimiento, la veracidad, el significado iluminado del yo y la sabiduría. Nos da capacidad para determinar que un curso de acción o un camino es más valioso que otro. Además, nos transmite nuestro sentido moral, una capacidad para atemperar reglas rígidas con comprensión y compasión, y una capacidad similar para ver cuándo la compasión y la comprensión han llegado a su límite. La utilizamos para afrontar cuestiones sobre el bien y el mal; imaginarnos posibilidades no realizadas; soñar; anhelar; y levantarnos del lodo. Es la inteligencia con la que afrontamos y resolvemos problemas de significados y valores; con la que podemos poner nuestros actos y nuestras vidas en un contexto más amplio, más rico y significativo.

¿Qué caracteriza a una persona espiritualmente inteligente?

Una persona espiritualmente inteligente se caracteriza, entre otros puntos, por lo siguiente:

1. Busca la profundidad en las relaciones.
2. Trata de ver aquello que la une a las otras personas.
3. Relativiza las diferencias. Lo importante no es lo que lo separa, lo importante es lo que la une, si realmente queremos fortalecer la relación.
4. Goza intensamente de la belleza que se revela en el mundo. Un amanecer, un atardecer, el color de los árboles, el color de los ojos de las personas, el color de su piel.
5. Experimenta un bagaje interior muy abundante. Así puede comprender que él no es el único ser humano, o que no está solo en la Tierra.
6. Tiene una enorme capacidad de conexión con todo lo que existe porque intuye los elementos que unen, lo que subyace en todas las individualidades.
7. Experimenta el deseo de darse tal como es, sin complejo ni sentimiento de culpa.

Pero ¿Cómo lograr el desarrollo de la Inteligencia Espiritual?

Algunas recomendaciones son:

1. Practicar la soledad; es decir, una soledad ocasional.
2. Disfrutar o valorar del silencio físico e interior. Esto podría conducir a disfrutar de la contemplación y practicar la meditación.
3. Intentar alcanzar una comprensión más profunda de las cosas; es decir, no quedarse en lo superficial. Preguntarse siempre; ¿Qué existe detrás de esto?
4. Gozar de la faceta espiritual en el arte
5. Deleitarse con la música,
6. Ejercer la solidaridad
7. Hablar en profundidad con los demás, en el denominado ¿diálogo socrático?
8. Leer a los grandes maestros espirituales de la Humanidad.
9. Practicar ejercicio físico con regularidad, lo cual ayuda a superar los propios límites y canalizar y expresar mejor las emociones.
10. Conseguir una visión global de la vida
11. Explorar tus valores
12. Plantearte tu visión y tu propósito ante la vida
13. Ser compasivo. Comprenderte a ti mismo y a los demás
14. Estar dispuesto a dar y recibir. Caridad y gratitud
15. Desarrollar el sentido del humor
16. Hacer de nuestras vidas, “Un proyecto de Vida”.
17. Obtener una vivencia plena del aquí y el ahora,
18. Disfrutar y vivir plenamente el presente, lo que podría ser un buen antídoto para combatir el stress.

No desarrollar la inteligencia espiritual nos conduce a seguir, en menor o mayor grado, dentro de un vacío existencial, con gran aburrimiento, o viviendo en fanatismos (actitud de quien defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento creencias u opiniones), muchas veces dentro de una gran nostalgia por el pasado, preocupándose en extremo por el futuro, viviendo en desconexión consigo mismo, volcado hacia el exterior, reaccionando desde el piloto automático, , sin proyecto de vida, sin dominio propio y se convierte en la definición misma de exterioridad y de vulgaridad. En definitiva, sin vivir auténticamente la vida.

No hemos sido educados para desarrollar la inteligencia espiritual. Por eso, sería importante pensar en la posibilidad de poner en práctica este nuevo paradigma.

Por eso, resulta imprescindible educar en la niñez y en la adolescencia no solo la inteligencia verbal lingüística, sino también las inteligencias múltiples, la inteligencia emocional y la inteligencia espiritual, como un recurso para que, al llegar a la juventud y a la adultez, podamos acceder más fácilmente a nuestra realización personal y satisfacer nuestro propósito de vida, y por lo tanto favorecer el equilibrio en la salud física y mental.

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